sábado, 23 de febrero de 2013

De cómo acabar con el hambre en el mundo

En estos tiempos de extrema corrupción política, donde unos pocos se enriquecen a costa de los demás, os dejo con un mini-relato que he encontrado por Internet y en el que se halla una solución bastante sencilla, económica (recordemos que hay que ahorrar, que estamos en crisis) y práctica para acabar con la miseria en la que nos están sumiendo los que nos gobiernan y los que aspiran a ello. Aunque quizá sea un tanto drástica. Juzgad vosotros mismos.

Oíd qué rápida solución halló Poro, rey de los persas. 

"Donde un pobre muera de hambre dentro de nuestros muros, tomaré por cada pobre un rico. Y en la prisión, también él morirá de hambre". 


Nadie murió de hambre en aquel país. Y los ricos no tuvieron que pasar hambre con los pobres, sino repartir algo de su abundancia. 

sábado, 16 de febrero de 2013

1984, de George Orwell


La novela, escrita en los años 40, crea un futuro distópico, ambientado en el futuro Londres de 1984. En ese tiempo venidero, el mundo está dividido en tres grandes supernaciones: Eurasia, Oceanía y Asia Oriental. Londres pertenece a Oceanía, que se encuentra gobernada por el Gran Hermano a través del Partido, que se organiza a su vez en Partido Interior y Exterior. Nuestro protagonista, Winston Smith, forma parte del Partido Exterior, trabajando para el Ministerio de la Verdad. Su tarea consiste en reescribir la historia.

Smith, en primera persona, describe con detalle la futura sociedad londinense: la vídeovigilancia, los estrictos horarios de trabajo, el control sobre el tiempo de ocio, el toque de queda, la prohibición de reuniones multitudinarias (de más de dos personas), la lobotomización desde la cuna a través de la educación, el control de la historia (del que es partícipe el propio Winston) y un largo etcétera de acciones que, junto con el miedo provocado por un estado de guerra continuo, someten al pueblo a la voluntad del Partido.

Winston se pregunta en numerosas ocasiones si él es el único que se da cuenta de lo que sucede realmente, si es el único consciente de la manipulación a la que el gobierno somete al pueblo. En momentos puntuales también se cuestiona si el problema real es que está perdiendo la cordura, si todo son imaginaciones suyas. Pero no. Él sabe que todo es real. Ha tenido pruebas en sus manos. Sus esperanzas de conseguir un cambio pasan por la Hermandad, una sociedad secreta que opera en la sombra a las órdenes del enemigo público número uno del Gran Hermano, Emmanuel Goldstein. Pero ¿existe realmente esta sociedad secreta? ¿Y Goldstein? ¿Y el Gran Hermano? ¿O quizá son solo simbolismos?

Otros personajes importantes, como Julia y O'Brien, miembro éste último del Partido Interior y, por tanto, más cercano a la cúpula dirigente, nos conducirán, junto con Winston, por todos los orificios del sistema y por los entresijos del entramado político imperante en ese, por entonces lejano, 1984. Los lemas del partido,

LA GUERRA ES LA PAZ
LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
LA IGNORANCIA ES LA FUERZA

también quedarán al descubierto.

Con constantes referencias y críticas a los sistemas totalitarios que reinaban en los años 40, Orwell diseña una obra maestra digna de ser el libro de cabecera de cualquier animal político.

Bien pensado, si la posibilidad de conseguir una más que deseable situación utópica no consigue movilizarnos, quizá un horrible futuro distópico, nos impulse a cambiar las cosas, o al menos, a querer cambiarlas. Aunque quizá la pregunta sea, realmente, si no llevamos ya demasiado tiempo viviendo el futuro descrito brillantemente por Orwell.

domingo, 10 de febrero de 2013

Miremos el mundo con otros ojos


La verdad es que los anuncios de Coca-Cola no suelen tener desperdicio, pero éste en particular me parece una maravilla. Y es que, al igual que las cámaras de seguridad, cuyo objeto de colocación no es otro que "cazar" delincuentes, sirven para ver lo bueno de las personas, también nosotros podemos y debemos ser capaces de convertir aquellas cosas que otros conciban para hacernos daño, en algo fértil y positivo tanto para nosotros como para quien nos quiso lastimar.

viernes, 1 de febrero de 2013

¿Pur qué?


Hoy hablaremos del maravilloso gobierno autonómico valenciano y de cómo dilapida dinero público.

El primer enlace, se corresponde con una noticia de hace unos meses, Noviembre de 2012, en la que se informa de que la Generalitat Valenciana va a asumir parte de la deuda del Valencia C.F. Pero la historia viene de lejos. Corría el año 2009 cuando el Valencia C.F., para intentar solventar sus problemas económicos, pidió un préstamo a...¿adivináis qué banco? ¡BINGO! A Bankia. Tres años después, y tras refinanciar el préstamo en 2010, la Fundación Valencia C.F., demandante del crédito, pide un aplazamiento de la deuda. Al negarse Bankia, y ante la amenaza de ejecutar el aval, la Generalitat decide, el pasado mes de Noviembre, pagar los intereses de la deuda.

Recién comenzado 2013, tenemos la segunda noticia, del 18 de Enero, en la que directamente, nos anuncian que el Valencia C.F. pasará a ser una empresa pública de la Generalitat, al no poder hacer frente al préstamo y, por tanto ejecutar Bankia el aval.

Así que tenemos un gobierno autonómico (del central podemos hablar otro día) que nos pide, por un lado, que nos apretemos el cinturón, recorta en Sanidad y en Educación, y está anegado de casos de corrupción; y por otro, se dedica a (perdón por la expresión) salvar el culo de los clubes de fútbol de nuestra comunidad, ya que no solo se avaló al Valencia, sino también al Hércules, Elche y Levante (éste último el único que tiene los pagos al día).

¿Por qué tenemos que responsabilizarnos los ciudadanos de los excesos de los clubes de fútbol? Y más aún, ¿por qué hay que pagarle las deudas a Bankia, uno de los responsables de la miseria en la que se encuentran muchos valencianos? ¿No han recibido ya los bancos suficiente dinero público?
Por último, y aprovechando que hemos hablado de fútbol, lanzo una pregunta 'mourinhiana' al aire: ¿Pur qué?